domingo, 20 de febrero de 2011

ÉTICA PÚBLICA

Cada ser humano es la una célula de la ciudad, es parte vital de ella y su impulsor por naturaleza.  Por esto, el hombre siempre está en función de construir, o más bien de encontrar, la ciudad perfecta, donde pueda desarrollarse y cohabitar con los demás seres que lo rodean. En esta búsqueda interminable se crea una relación íntima entre el hombre y la ciudad en donde el desarrollo de uno incide en el desarrollo del otro.
Es pues la ciudad un entorno donde interactúan los intereses políticos, económicos, sociales, culturales, éticos, etc., de sus miembros, los cuales a pesar de sus discrepancias luchan por objetivos comunes tales como el mejoramiento de la calidad de vida de todos sus habitantes. Aunque es también escenario donde se refleja el lado oscuro de los hombres (violencia, rechazo, discriminación, etc.) que muestran el contraste entre el desarrollo y la prosperidad con el atraso y el abandono de algunas zonas fruto de la peligrosa combinación de pocos recursos y malos gobiernos. 
A pesar de las muchas contradicciones que se pueden encontrar en una ciudad cada una tiene una unidad en sus rasgos físicos, sociales, culturales, etc., que la diferencia de otras y las hacen únicas. A esta unidad se suma sus valores éticos y estéticos. Lo ético hace referencia a convivencia plena y motivadora que hace a estos escenarios públicos unas ciudades más humanizadas y solidarias donde prime las oportunidades e igualdades sociales. Lo estético se refiere a la belleza y armonía para el enriquecimiento espiritual y la felicidad del ser humano.
En busca de tener un ambiente donde la ética pública genere una confianza recíproca entre la ciudadanía, el sector público y el privado por medio de la transparencia, equilibrio y seguridad jurídica que permitan la articulación entre las disposiciones legales y las prácticas culturalmente permitidas, se firmó en el año 2004 el “Pacto sobre Ética Pública y Privada en la Contratación Estatal”, que fomenta los compromisos por parte del sector privado para poner por encima de sus actuaciones la ética pública. El sector público se compromete igualmente a la prestación efectiva y eficiente de servicios públicos y defender los derechos de sus administrados. Los organismos de control estarán muy atentos en la lucha contra la corrupción y en promover, entre otras cosas, el buen uso de los recursos públicos.
Este es un gran paso en el camino que busca tener en nuestra sociedad, gracias a la práctica de la ética pública, donde la transparencia en sus actuaciones erradique la corrupción, la cual promueve la desigualdad social. 

FUENTES

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